Evitemos exigir "cómo deben ser" los niños, ya que esas ideas son parte de estereotipos pasados que deberían quedarse atrás. Formemos parte del cambio. Respetemos el proceso de crecimiento de los niños, su proceso que está lleno de cambios y comprendamos que nuestros niños se encuentra en desarrollo.
Si un niño quiere ponerse una peluca o un disfraz con vestido o falda, se está divirtiendo. Muchos adultos también nos disfrazamos en Día de muertos de nuestro género contrario.
Muchas personas consideran el rosa como un color femenino, ¡los colores no tienen género!
Si a un niño le gusta el color rosa, no significa que se esté convirtiendo en niña, si una adolescente se viste de negro no significa que se esté convirtiendo en hombre, ¡un color no define el género!
En un Baby Sower por tradición acostumbramos representar el azul para los varones y el rosa para las niñas, el amarillo cuando desconocemos el sexo, pero eso no significa que sea definitivo, actualmente existen diversas orientaciones sexuales: los heterosexuales (a quienes les atrae una persona de su sexo contario) o quienes pertenecen a la comunidad LGTTTBI (lesbianas, gays, transexuales, transgénero, travestis, bisexuales, intersuxuales, etcétera).
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Muchas veces sin darnos cuenta hipersexualizamos a un niño de forma prematura en la etapa de la infancia afectando su desarrollo.
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