miércoles, 17 de junio de 2020

SEPARACIÓN: LO SANO QUE ES ALEJARSE.

Algo qué aprender de nuestros niños:
Tenemos dos polos, uno es el que "vale la pena" y el otro es "más vale alejarse".

"Cuando vale la pena":
La indignación es parte de la naturaleza del ser humano ¿pero hasta qué grado permitimos que nuestro orgullo con aquella persona pueda más que el afecto que sentimos? Esto hablando de una persona con quién se pueda rescatar la relación, sea nuestra madre, nuestro padre, algún hermano, familiar o nuestra pareja. Equilibra en una balanza imaginaria o escrita las ventajas y desventajas de permanecer en contacto con esa persona y respóndete esto: ¿si seguimos conviviendo me hará daño o me dará bienestar? Sabemos que nada es perfecto pero hay límites y respeto, los problemas existen y así como la tristeza y la frustración son parte de nuestra naturaleza, también lo son el amor y la felicidad y hay que decirlo: vale más la salud y el amor propio, eso es lo primero que debe estar en constante búsqueda y logro del bienestar por tu salud mental y tu paz.

"Cuando más vale alejarse":
Depende la gravedad, en los casos donde hay violencia psicológica y/o física, la sumisión es el peor alisado, es mejor denunciar aunque sabemos el desgaste económico y anímico que equivale: la solución siempre será alejarse definitivamente.

Si no se sanan heridas, nace el rencor y es un veneno para el alma porque se recuerda y se repasa constantemente ese periodo doloroso, abriendo en cada momento esa herida, ¿qué necesidad hay de eso?, hacerse la víctima es la vía fácil hacia el sufrimiento y eso es aumentar el drama de algo que ya pasó. Es mejor perdonar pero no olvidar. En casos más graves, distraerse, proponerse pensar en ello casa vez menos porque no sirve repasar lo que ya está hecho, deja atrás el pasado y en tu presente marca límites hasta en tu pensamiento y en tu sentir: "ya no voy a pensar en eso porque me hace daño", "soy fuerte y ese lapso me lastimó para aprender algo".

Llévate la lección de lo vivido, descúbrela y tal vez sea una lección muy simple y muy valiosa.

Y ante todo decide una de dos:
Sobrelleva aquella relación cercana que te hizo daño. 
Corta la relación, termina con esa convivencia forzada, saber decir no más, es un acto fuerte, decisivo que trae una tranquilidad incomparable ante los problemas. ¡De ser posible qué mejor que permanezca lejos esa persona tóxica! 

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