Nuestro esfuerzo es reconocido más allá de un 15 de mayo, más allá de un "Gracias maestr@".
Ser docente es marcar vidas, dejar huella. Ser un buen docente es lograr aprendizajes permanentes, es brindar más allá de los conocimientos, es dar afecto, comprensión, es escuchar, es ayudar...
Hay alumnos y padres de familia que pueden comunicar sin dudarlo el agradecimiento una y otra vez mediante varias formas sobre lo que conlleva nuestro tiempo de planeaciones, nuestro sueño interrumpido y sentimientos que implica pensar en los problemas que atañen a nuestros alumnos, el cansancio que conlleva la dinámica del salón y la disciplina, el trabajo que cuesta enseñar sin dejar dudas, atender cada necesidad de los alumnos en particular... todo porque nuestros alumnos aprendan y se lleven cambios favorables hasta en su forma de ser gracias a nosotros.
No terminaría de hacer una lista enorme de todo lo que con gran orgullo hace y soporta un docente más allá de enseñar el contenido de una materia: secar lágrimas, sufrir con ellos, escuchar, aconsejar, intervenir, amarrar agujetas, coser uniformes, curar heridas, comprar lunches y hasta útiles escolares de quienes no son nuestros hijos pero los cuidamos como si lo fueran... enfermarse por un alumno enfermo, limpiar caritas sucias, aguantar estornudos y tos en la cara, vómitos y qué decir sobre el control de esfínteres, atender accidentes con el miedo atravesado y la preocupación en su máxima potencia, enseñar a controlar el cuerpo y las emociones, arreglar problemas, erradicar la exclusión, mejorar la convivencia, mandar citatorios, tratar con padres de familia con múltiples personalidades, sentir una enorme tristeza ante niños que sufren abandono total o soledad aún teniendo a sus padres o a uno de ellos en su casa... y tener la misma frustración ante casos en nuestro grupo de violencia, con fuertes necesidades económicas, deserción, delincuencia...
Ahora que estamos atravesando esta pandemia en donde el riesgo es latente y las cifras de personas que desafortunadamente han pedido la vida siguen presentes, como maestros nos preocupamos de las vidas de nuestros alumnos y sus familias.
Encima de todo esto hay quienes agradecen a su forma y también quienes al no estar en nuestro lugar, no valoran nuestro trabajo y menos son capaces de agradecer, es una de las tantas razones por la que me han hecho llegar este video dirigido para tod@s l@s maestr@s y es por eso que también lo comparto.
Una vez más ¡GRACIAS!
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